El ejemplar ha sido nombrada como ‘Eupodophis descouensi‘. No se trata de un fósil cualquiera, ya que hasta ahora se han encontrado muy pocas serpientes fosilizadas que conservaran algún hueso de las patas, por lo que este descubrimiento resulta clave para estudiar el origen de estos animales.
Todos los fósiles encontrados tenían aproximadamente la misma antigüedad y fueron localizadas en la misma zona geográfica. Además, se piensa que estas serpientes eran bípedas al no hallarse indicios de patas delanteras, sólo traseras.
Las imágenes en tres dimensiones y alta resolución obtenidas revelan que la estructura interna de sus patas es bastante similar a la de los actuales lagartos terrestres. Sin embargo, los científicos no se decantan aún por ninguna de las dos hipótesis sobre el origen de las serpientes.
Los datos obtenidos en este estudio se combinarán con otras investigaciones (que se están tomando actualmente) para intentar aclarar si el origen de las serpientes está en el mar o en la tierra.
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